Línea de ayuda las 24 horas (855) 667-2262
IP #22 Bienvenidos a Narcóticos Anónimos
Bienvenido a su primera reunión de NA. NA ofrece a los adictos una forma de vivir sin drogas. Si no está seguro de ser un adicto, no se preocupe; Sigue viniendo a nuestras reuniones. Tendrás todo el tiempo que necesites para tomar tu propia decisión.
La adicción es una enfermedad que le puede pasar a cualquiera. Algunos de nosotros consumíamos drogas porque las disfrutábamos, mientras que otros las utilizaban para reprimir los sentimientos que ya teníamos. Otros sufrieron dolencias físicas o mentales y se volvieron adictos a los medicamentos prescritos durante nuestras enfermedades. Algunos de nosotros nos unimos a la multitud que consumía drogas unas cuantas veces sólo para estar tranquilos y luego descubrimos que no podíamos dejar de hacerlo.
Solo tú puedes responder esta pregunta. Puede que esto no sea fácil de hacer. A lo largo de nuestro uso, nos dijimos a nosotros mismos: "Puedo manejarlo". Si bien esto fue cierto al principio, ya no lo es. Las drogas nos manejaron. Vivíamos para usar y solíamos vivir. En pocas palabras, un adicto es una persona cuya vida está controlada por las drogas.
IP #11 El padrinazgo, Revisado
Una de las primeras sugerencias que muchos de nosotros escuchamos cuando empezamos a asistir a las reuniones de NA es conseguir un patrocinador. Como recién llegados, es posible que no entendamos lo que esto significa. ¿Qué es un patrocinador? ¿Cómo conseguimos y utilizamos uno? ¿Dónde encontramos uno? Este folleto pretende servir como una breve introducción al patrocinio. Nuestro Texto Básico nos dice que “el corazón de NA late cuando dos adictos comparten su recuperación”, y el apadrinamiento es simplemente un adicto ayudando a otro. La vía de doble sentido del apadrinamiento es una relación amorosa, espiritual y compasiva que ayuda tanto al padrino como al ahijado.
Podemos reemplazar la soledad y el miedo con el amor de la comunidad y la seguridad de una nueva forma de vida. Nunca más tendremos que estar solos. En la confraternidad, hemos hecho más amigos verdaderos de los que jamás creímos posibles. La autocompasión y los resentimientos son reemplazados por la tolerancia y la fe. Se nos da la libertad, la serenidad y la felicidad que tan desesperadamente buscábamos.